viernes, 7 de septiembre de 2007

Enrique Marín. ¿Candidato por méritos propios?

El PRI en Puebla cree que va a repetirse lo sucedido en Veracruz durante sus recientes elecciones. Quizá no, probablemente no, Dios quiera que no. En el estado vecino, el triunfo priísta puede explicarse porque el instituto político empleó una estrategia clientelar desde el principio de la administración de Fidel Herrera Beltrán y, sobre todo, porque está unido. Esas fueron las condiciones que plantearon el juego donde el Revolucionario Institucional ganó 28 distritos y aproximadamente las dos terceras partes de los municipios, recuperando las ciudades más importantes del estado. La evidencia que se arroja en ese proceso se manifiesta en la unidad del partido, cuando el PRI está unido resulta invencible.
En Puebla pasa lo contrario; y para muestra un botón: el hermano del gobernador fue impuesto como candidato a diputado local por el distrito XIII. Hay muchos liderazgos en Tepexi de Rodríguez, Ixcaquixtla y Acatlán que quedarón inconformes con su, debe decirse, "nombramiento" -olvido mencionar a otras personalidades que esperaban procesos de designación más transparentes- la misma situación se repite en los municipios. Cada uno de los pueblos de la Mixteca y de Puebla, no están conformes con los candidatos del PRI; ellos son el resultado de procesos faltos de legitimidad y legalidad.
De igual forma, la hoguera de las vanidades políticas que ya ve en el patíbulo a Mario Marín, se desespera por diseñar la estrategia que les haga llegar a la gubernatura, bien sea cuando caiga Marín bien sea en el proceso electoral del 2010. Meneses, Doger, Zavala, Alcala, Sierra, Morales; son enemigos íntimos y priístas -por si puede haber algo peor-. Algunos hasta han fundado partidos espurios para preparar el transfuguismo.
No, en Puebla no va a pasar lo que en Veracruz. El PRI no está unido. Claro que lo puede intentar, hasta ahora el clientelismo parece que está dando buenos resultados, pero las divisiones permanecen.

lunes, 3 de septiembre de 2007

MAREA ROJA VENENOSA

En Veracruz acaba de triunfar la ignominia. Después de un proceso lleno de vicios y trampas se ha coronado uno de los agentes más venenosos del medio ambiente político: Fidel Herrera. Lamentablemente, la falta de unidad de los panistas así como la dirigencia nefasta de Alejandro Vázquez, terminaron por confirmar un escenario tan desafortunado para el estado más bello de la República Mexicana.
Desde el inicio de su gobierno, Fidel Herrera Beltrán diseñó una estrategia agresiva de posicionamiento y clientelismo que la oposición no pudo contener. La falta de control por parte del gobierno federal permitió que el PRI de Veracruz presentara como logros propios los programas federales y las obras sociales. Si el gobierno de la república no supervisa y controla los recursos que proporciona a los gobiernos federales, situaciones como la veracruzana se irán presentando a lo largo del país. Es una mentira que el PRI le gane al PAN porque se ha modernizado y tiene las mejores propuestas de gobierno; el PRI siempre será lo mismo. Sólo que a la sociedad le cuesta trabajo entender lo que implica ser ciudadano, la sociedad en México no quiere modernizarse y considera que el beneficio inmediato del paternalismo priísta es mejor a la mayoría de edad ciudadana que requiere un país civilizado.
El gobierno federal y sus delegados deben controlar las actividades de los gobernadores priístas. El gobierno federal debe informar a la ciudadanía que los programas no están sujetos a la etiqueta partidista. Sólo con información se conseguirán electores libres y valientes, que sepan con su decisión formar gobiernos honestos y ordenados.
En un país que tiene una transición tan lenta, esta información es necesaria e imprescindible. El gobierno federal no puede permitir que los gobernadores se comporten como señores feudales que manipulen sus estados de forma despótica y patrimonialista tal como lo hace Fidel Herrera Beltrán en Veracruz.